Los participantes realizan actividades de horticultura, dirigidas por voluntarios en la parcela asignada. Trabajando juntos cultivan frutas y verduras, que luego se utilizan en los almuerzos en grupo. Estas sesiones de horticultura se llevan a cabo semanalmente, generalmente con la participación de 15 participantes y 4 voluntarios. A veces se invita a los participantes a dirigir la sesión para ayudar a integrar y compartir habilidades así como transmitir los conocimientos que poseen. La horticultura es una gran actividad por muchas razones. Mantiene a las personas activas, permite cultivar alimentos saludables y, en muchos casos, estimula los recuerdos del hogar y la infancia para las personas que ahora viven en un país desconocido.